Información
general para los peatones en Bogotá
Bogotá es una ciudad compacta donde las distancias
nunca son demasiado largas, además el clima hace que caminar por la ciudad sea muy agradable.
Rutas destacadas
Zona
T
Es un lugar en la zona rosa de Bogotá que fue convertido
en zona para peatones exclusivamente. Cuenta con algunos
de los mejores sitios de la ciudad para sentarse a tomar
un café o tomarse un trago, además de los almacenes
y tiendas ubicadas en el sector.
Park
way
El parkway en el barrio la soledad (Cra 22 entre calles
37 y 45) es un buen lugar para una caminata en un día caluroso. La zona verde y los pasos peatonales están
muy bien cuidados. De paso puede comprar un helado o aprovechar
para almorzar en uno de los restaurantes que quedan en el
trayecto.
Eje ambiental
El Eje Ambiental, antes Avenida Jiménez, es una calle
que goza de andenes amplios en la mayo parte del recorrido. Pasa por cantidad de lugares interesantes
como el Puente Antiguo de la Jimenez, la Iglesia de las
Aguas, la Plaza de la Pola y el Parque de los Periodistas.
Chicó clásico
A mediados del año 2005, el barrio Chicó y sus alrededores
volvió a convertirse en un verdadero tesoro para
los desarrolladores de finca raíz de Bogotá. Aunque
los apartamentos que han construido en ese barrio están
fuera del alcance de muchos, es posible disfrutar del Chicó en una
caminata matutina.
Recomendaciones
La seguridad en la ciudad ha mejorado notablemente en los
últimos años, sin embargo, caminar a
altas horas de la noche no es lo más recomendable.
Artículos
y datos acerca de la peatonalización del centro de
Bogotá
La
tan anunciada peatonalización del centro de la ciudad
ya está definida. La medida, exitosa
en otras capitales del mundo, se empezó a implementar en
Bogotá durante 2006.
El anuncio suscitó voces
de aprobación por parte de ambientalistas y defensores
del espacio público. Con todo, reconocidos urbanistas
aseguran que éste es un proyecto difícil de
alcanzar.
La iniciativa forma parte del Plan de Movilidad propuesto por el alcalde mayor, Luis Eduardo
Garzón, para un período de 15 años.
El propósito es mejorar tanto la calidad del medio
ambiente de la ciudad como la movilidad, especialmente en
sectores de alta congestión como las vías
que conducen al centro de la capital.
El reto no es sencillo y el debate se centra
en que la peatonalización debe ir articulada a un
plan de organización del transporte y de parqueaderos.
Por eso los expertos en urbanismo comparten el plan presentado
por el alcalde Garzón, aunque advierten
que este es un proceso integral que se debe desarrollar
en el largo plazo.
Y es que una solución a los problemas
del centro de la ciudad es urgente. Según cifras
de la Alcaldía Mayor, diariamente circulan por el
centro 1.6 millones de personas y de ellas sólo 40
mil duermen en este sector.
Mario Noriega, profesor de planeación
urbana de la Universidad Javeriana, quien a pesar de reconocer
que esta estrategia es necesaria en una metrópoli,
reitera que “este es un tema en el que ni una, ni
dos son soluciones suficientes. Peatonalizar calles del
centro de una ciudad es un proyecto sumamente difícil,
porque hay que crear diferentes alternativas para parqueaderos
y acceso de carga entre otros”.
Y el otro asunto “grueso” del
plan de movilidad tiene como propósito reducir los
altos niveles de contaminación de la capital. Estudios
de la administración distrital muestran que el 70%
de la contaminación en Bogotá proviene del
parque automotor.
En este sentido, el plan de movilidad pretende
solicitar al Gobierno Nacional que los certificados de gases
para transporte público se generen cada seis meses
y para vehículos particulares cada año. De
igual manera, el alcalde Garzón solicitó que
se expida una nueva reglamentación para inmovilizar
de manera inmediata los buses reincidentes por contaminación.
Los primeros pasos
Según la directora del Instituto
de Desarrollo Urbano (IDU), Margarita Cardona, las zonas
del centro que van a ser peatonalizadas son las calles 10
y 11 entre Avenida Circunvalar y carrera 10 y las carreras
2 y 6 entre calle 7 y Avenida Jiménez.
Para el director del grupo de estudios de
transporte de la Universidad de los Andes, Arturo Ardila,
ese paso, aunque difícil, es importante para la ciudad.
Ardila señaló que uno de los mejores ejemplos
es el de Curitiba, ciudad que inició con la peatonalización
de una cuadra en su centro histórico y donde fue
tal el éxito comercial y urbano que ya van en 48,
“hay un buen manejo y la ciudad no ha colapsado. Tiene
una vitalidad urbana y comercial increíble”.
En materia de estacionamientos, la apuesta
es mantener los existentes y construir modelos verticales
de varios pisos a fin de que los conductores que llegan
a la ciudad estacionen sus vehículos y se transporten
al centro en el sistema masivo TransMilenio, en taxi, en
bicicleta o a pie. La idea es articular a este modelo con
los cerca de 50 kilómetros de ciclorrutas que existen
en Bogotá, al estilo de ciudades holandesas y suizas.
También se tiene previsto que para
los próximos años la administración
del sistema del transporte público tenga un método
de recaudo centralizado, a través de tarjetas inteligentes
que contribuirá a eliminar la guerra del centavo.
Este sistema de recaudo ya lo están
planeando en San José de Costa Rica y Ciudad de Guatemala,
en Sao Paulo funciona desde hace un tiempo y Curitiba lo
instauró en 1987, aunque en ese entonces en forma
rudimentaria.
Del exterior para Bogotá
Con la implementación del Plan Maestro
de Movilidad, Bogotá empezará a aplicar soluciones
al estilo de otras ciudades del mundo para las cuales los
temas de transporte y medio ambiente dejaron de ser un dolor
de cabeza desde hace un buen tiempo.
Pese a que en la ciudad se van a implementar
“recetas internacionales”, para Ricardo Montezuma,
urbanista y director de la Fundación Ciudad Humana,
el Plan Maestro de Movilidad está bien pensado para
la ciudad.
Montezuma señala que la experiencia
de ciudades como Santiago de Chile en el tema de la ampliación
y mejoramiento de las áreas peatonales, es una muestra
de los intentos de mejorar en la movilidad y en el medio
ambiente que ha tenido un buen final. Sin embargo, advierte
que no es prudente aumentar el número de estacionamientos,
porque ello no garantiza que se desestimule el uso del automóvil.
Si se compara con el caso de Nueva York,
en la gran manzana no existe el sistema de pico y placa,
ni Día sin Carro porque los problemas son solucionados
de manera integral. En Bogotá, para Mario Noriega
esta alternativa es un acto de desesperación. Son
intentos valiosos y primitivos en relación con otras
ciudades del mundo en las cuales nunca lo harían,
asegura.
Sin
embargo, en la debilidad del plan coinciden el ex alcalde
Paul Bromberg y el urbanista Montezuma, pues anotan que
las personas que están excluidas de la movilidad,
que por lo general son los más pobres, deben formar
parte de la estrategia de accesibilidad para integrar a
la ciudad e integrar a la movilidad a quienes están
inmóviles.
"Karen Lorena Cárdenas S."
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